H.P. Lovecraft y los videojuegos
Howard Phillips Lovecraft es, a pesar de su apellido, uno de los mejores autores de terror y ciencia ficción de todos los tiempos y, para los que no conozcan sus relatos, baste mencionar que su inmortal obra no solo ha influido en muchos escritores posteriores, sino también en multitud de manifestaciones artísticas como el cine, la televisión, la música, etc. No hay más que ver películas como Re-animator, La cosa, o La herencia Valdemar, escuchar determinadas canciones de Metallica o leer cualquier cómic de Hellboy para percibir esa influencia, incluso en la actualidad. Esto también es válido para muchos videojuegos, alguno de los cuales comentaré a continuación a modo de modesto homenaje, tanto del escritor como de los propios juegos.
Pero antes de analizar dicha influencia en nuestro mundillo de píxeles y polígonos, me gustaría hacer una pequeña introducción biográfica: H.P. Lovecraft nació en 1890 en Providence, Estados Unidos, y ya desde pequeño fue un niño retraído y silencioso, que prefería los largos paseos en solitario por los tenebrosos bosques de su ciudad natal a la compañía de otros semejantes. Otra de sus aficiones era pasar las horas recluido en la inmensa biblioteca de su abuelo materno, devorando todos los libros que podía. No es de extrañar que pronto empezara a escribir relatos sobre fantasmas y apariciones, e incluso sobre sus terribles pesadillas, demostrando una precoz pericia narrativa ya desde muy joven. Pero no fue hasta los años 20 del siglo pasado cuando intentó vivir de las letras, trasladándose a Nueva York y escribiendo relatos fantásticos en publicaciones como Weird Tales, aunque al igual que los protagonistas de sus relatos, la mala suerte se cebó en él y nunca consiguió alcanzar fama y reconocimiento en vida. Finalmente, y a consecuencia del agravamiento de las múltiples dolencias que le acompañaron durante toda su vida, murió solo y sin descendencia en un hospital de Providence en 1937. Tiempo después, un grupo de admiradores del autor colocó una pequeña lápida en el cementerio donde descansan sus restos mortales. La leyenda dice que en ocasiones ponen en ella una de sus frases de ficción más célebres:
No está muerto lo que puede yacer eternamente, y en extraños eones incluso la muerte puede morir.
Centrándonos ya en su obra, la mayor parte de esta se habría perdido para siempre con su muerte si no fuera porque alguno de sus más íntimos amigos escritores, como August Derleth y Robert E. Howard (el creador de Conan), se dedicaron a conservar y publicar sus escritos hasta que estos alcanzaron un merecido reconocimiento, haciendo que términos como Necronomicon, Arkham, Innsmouth, y las terribles criaturas Cthulhu, Shub Niggurath o Yog-Sothoth hayan llegado hasta nuestros días -e incluso provoque un pequeño escalofrío mencionarlas-. De toda su obra destaca especialmente el ciclo de los mitos Cthulhu, en el que mediante una serie de relatos consiguió crear una mitología cósmica aterradora, aunque tan rica y profunda en contenido como la que Tolkien ideó para El Señor de los Anillos. De su amplia colección de cuentos y novelas, me atrevería a reseñar unos cuantos; Dagón, El caso de Charles Dexter Ward, El horror de Dunwich, En las montañas de la locura, Herbert West: reanimador, El color que cayó del cielo, La llamada de Cthulhu…
Bueno, comienzo ya sin dilación el análisis de aquellos videojuegos en los que el terror cósmico de Lovecraft deja notar con mayor fuerza su ignominiosa presencia. Aunque quizás fuese mejor no molestar con nuestra irresponsable impertinencia a Los Antiguos…
ALONE IN THE DARK
El nombre de Alone in the Dark sonará sin duda a todos los jugadores que ronden la treintena, e incluso a muchos les provocará una sonrisilla cómplice de satisfacción retro.
La primera parte de esta genial saga apareció en nuestros ordenadores personales en el ya lejano 1992 de la mano de los franceses Infogrames, y vino a significar una pequeña revolución en el mundo del videojuego. Primero revolución en el plano tecnológico, ya que los protagonistas (Edward Carnby o Emily Hartwood) eran un amasijo -no muy agraciado, todo sea dicho- de polígonos, pero esa ‘tridimensionalidad’ permitía girarlos y moverlos con absoluta libertad por unos preciosos escenarios estáticos en 2D e interactuar con todo tipo de objetos y monstruos. Apuntar a estos últimos era toda una odisea de paciencia y precisión, pero la satisfacción de atizarle a un zombi en toda la cara era indescriptible, y hacía que valorases cada bala y cada porción de vida como un tesoro. La música y sonidos estaban bastante bien, creando la tensión necesaria para que diese miedo entrar en la siguiente habitación. Visto funcionar actualmente da un poco de risa, pero hace 20 años esa combinación de objetos 3D sobre fondos planos era algo novedoso, y lo más importante ¡funcionaba en casi cualquier PC, por poco potente que fuera!
Pero la revolución más importante fue en el plano jugable, ya que este título fue el creador del género ‘survival horror’, es decir, una aventura gráfica de las de toda la vida pero con bastante acción y bichos a los que golpear. Y muchos sustos, que en este caso venían de la mano de nuestro amigo H.P. Lovecraft, y es que el juego bebía de su obra como pocos, usando muchos de los elementos de terror de sus relatos; una antigua mansión maldita (llamada Derceto), protagonistas poco heroicos, extraños rituales de magia negra, criaturas de pesadilla y por encima de todo, la inquietante sensación de que algo oscuro y malvado nos amenazaba constantemente. Resumiendo, un juego divertidísimo, en el que a pesar de morir casi en cada pantalla, siempre querías avanzar un poco más para desvelar la trama y salir vivo de Derceto. Vivo y cuerdo…
El resto es historia; el juego fue un gran éxito, y le sucedieron los premios y las alabanzas del sector. Tuvo dos continuaciones directas en los años siguientes que imitaban mecánica y estilo, pero que se alejaron un poco de la influencia ‘lovecraftiana’ introduciendo historias de piratas y vaqueros, respectivamente. A pesar de todo, eran dos muy buenas aventuras gráficas. Servidor todavía guarda como oro en paño la edición especial que sacó Infogrames con la trilogía completa ¡si hasta las letras de la caja y la lámpara que sujeta Carnby brillan en la oscuridad! Una maravilla.
En el año 2001, y cuando ya casi nadie se acordaba de esta veterana saga, Infogrames anunció que habría un nuevo Alone in the dark con la coletilla The new nightmare y desarrollado por Darkworks. El argumento daba un salto importante hasta la actualidad, aunque uno de los protagonistas volvía a ser Edward Carnby. La mecánica del juego era idéntica, es decir, una aventura gráfica con sus dosis de acción y suspense, siendo la mayor novedad la absoluta oscuridad que envolvía a casi todos los escenarios, pudiendo hacerla frente solo con una pequeña linterna. Por lo demás, era un buen juego, y bastante conservador respecto a la primera entrega de la saga, incluyendo la influencia de Lovecraft (había que investigar en una mansión maldita, con antiguos ritos arcanos, maldiciones de por medio, monstruos, etc.). Resumiendo, un gran juego, aunque quedó un poco eclipsado por los Resident evil y similares, que ofrecían lo mismo pero con mucha más acción y sangre de por medio. Como curiosidad, el infame director de cine Uwe Boll decidió hacer una película inspirada en su historia y personajes en el año 2005. Si queréis pasar un mal rato de verdad, solo tenéis que ver este Alone in the dark en versión peliculera. El horror…
Para finalizar, comentar brevemente el que por ahora es el último juego de la serie, llamado simplemente Alone in the dark y aparecido en el mercado en 2008 sin que Infogrames tuviera nada que ver en su desarrollo. El protagonista vuelve a ser Edward Carnby, y salvo eso, poco más recuerda a la saga de la que toma el nombre; la acción vuelve a desarrollarse en la actualidad, y esta vez tendremos como escenario la ciudad de Nueva York, y sobre todo, Central Park. Hay muchas pruebas de habilidad, bastantes tiros, e incluso fases de conducción, pero poca investigación y ni rastro de Cthulhu. Si se llamase de otra forma, sería una correcta aventura de acción sin más. Pero al pertenecer a esta mítica serie uno siempre espera más, y el resultado final deja un tanto frío, aunque al menos en la versión de Wii, el terror ya se encarga de ponerlo el ingobernable sistema de control.
Y eso es todo lo referente -de momento- a la saga Alone in the dark en relación con H.P. Lovecraft. La influencia del autor en el primer juego fue muy fuerte, aunque luego se fue disipando en las sucesivas secuelas hasta casi desaparecer (salvo en The new nightmare). De todas formas, y hablando de influencias, puede afirmarse que la trilogía original creó el género llamado ‘survival horror’, y es posible que si no hubieran tenido éxito, la franquicia Resident evil no hubiese existido años después. Por lo tanto, y rizando el rizo, podría afirmarse que sin la obra de Lovecraft, no nos sonarían de nada palabras como Corporación Umbrella o Raccoon City, y por consiguiente en Japón ninguna chica se disfrazaría de Jill Valentine…
SHADOW OF THE COMET
Retrocedamos a 1993; estamos en plena crisis en España (menuda novedad), a nadie le suena todavía un tal Doom, y las aventuras gráficas son las reinas del mercado en PC. Infogrames, visto el éxito arrollador cosechado el año anterior con su primer Alone in the dark, decide programar otra aventura basada en el universo de Lovecraft, pero esta vez se decanta por una aventura más clásica, de las llamadas ‘point-and-click’, es decir, del mismo tipo que las creadas por LucasArts y Sierra -las grandes dominadoras del género por entonces con títulos inolvidables como Monkey island, Indiana Jones, Larry, etc.-.
El resultado fue una pequeña maravilla. Este juego nos pone en la piel de un joven reportero que acude al remoto pueblo costero de Illsmounth (notar la similitud con el tenebroso Innsmouth de Lovecraft) para cubrir el paso del cometa Halley en 1910. A partir de aquí -y no contaré mucho más para no desvelar la historia por si alguien se anima a rejugarlo- nuestro personaje hará los más extraños y desconcertantes descubrimientos mientras trata de sobrevivir los tres días que faltan para que aparezca el susodicho cometa. Recordando este juego, la verdad es que ahora se echan de menos argumentos tan trabajados y absorbentes, parece como si todos los recursos de las compañías actuales se fueran para los aspectos técnicos, cuando lo verdaderamente importante, desde mi punto de vista, siempre ha sido que una historia te enganche, y me da igual que sea en una aventura gráfica como esta, en un ‘shooter’ como Half-life o en un simulador de crianza de pichones. Y para los admiradores de Lovecraft, este juego fue el no va más, inspirándose directamente en algunas de sus mejores obras, en especial en El horror de Dunwich y en La sombra sobre Innsmouth. Casi es una pequeña novela gráfica, un constante homenaje a la obra del escritor. Imprescindible en este sentido.
Por lo demás, y para ir concluyendo el análisis de esta aventura, decir en justicia que los aspectos técnicos no eran nada del otro mundo, con los clásicos gráficos pixelados hasta arriba, aunque tenían su encanto. Destacaban los primeros planos de las caras de los personajes con los que hablábamos, ya que eran copias descaradas de las caras de personas famosas, como Sean Connery, Melanie Griffith o el mismísimo Lovecraft. Desde luego eran otros tiempos.
Resumiendo, si eres de los que se queja de que en la actualidad apenas existen buenas aventuras gráficas, tira de emulador de MS-DOS y dale una oportunidad a esta pequeña joya antes de que el temible cometa Halley vuelva a sobrevolar el firmamento trayendo oscuros presagios. Merecerá la pena.
PRISIONER OF ICE
De nuevo estamos ante una aventura gráfica. De nuevo está programada por Infogrames, y de nuevo la fuente de inspiración principal de su argumento es la obra de H.P. Lovecraft (en este caso la influencia viene de la novela En las montañas de la locura, mi preferida del autor y una lectura muy recomendable de cualquier manera). En realidad este juego es la continuación no oficial pero sí espiritual de Shadow of the comet. De hecho, durante el juego, nuestro personaje conoce a John Parker, el reportero protagonista de la anterior entrega. Aunque pocas similitudes argumentales encontramos más allá de este pequeño guiño de los programadores; en este caso manejaremos a un agente secreto americano durante los albores de la 2ª Guerra Mundial, que se enfrentará -con nuestra inestimable ayuda, claro- a unos malvados nazis que quieren despertar y utilizar terribles poderes arcanos dormidos durante eones para conseguir una insuperable ventaja en la futura contienda.
Otra vez el guión y la historia es lo más trabajado en esta aventura gráfica de Infogrames, ya que consigue mezclar con maestría el aterrador universo de Lovecraft con hechos históricos reales; por ejemplo, nuestro principal rival serán los esbirros de la Ahnenerbe, una sociedad secreta para la investigación del patrimonio de los antiguos. Pues bien, la sociedad Ahnenerbe existió realmente, estaba dirigida por el siniestro Himmler, y gracias a ella los nazis pretendían encontrar reliquias como el Arca de la Alianza o el Santo Grial para vencer a los aliados. Si encontraron algo o no nunca lo sabremos, ya que esta sociedad fue prohibida tras la guerra, pero parece ser que no les sirvió de mucho -puede que Indiana Jones también tuviera algo que ver con esto-.
En cuanto a los demás aspectos del juego, se trataba de la típica aventura ‘point-and-click’ como tantas otras de la época, aunque aprovechaba los avances tecnológicos de entonces (1995) para ofrecer unos gráficos preciosistas y unas escenas cinemáticas de bella factura, aunque sus contemporáneos Full throttle y The Dig le superaban en este aspecto. El único punto criticable era su brevedad y su escasa dificultad (incluso yo fui capaz de terminarme el juego sin ayuda de guía o similar, siendo la primera aventura gráfica en la que me ocurría esto), aunque lo de la dificultad es muy subjetivo, y habrá gente que agradezca pasarse un juego sin consultar 80 guías o sin tener que invocar a Cthulhu o a Shub Nigguath. El único momento de verdadera dificultad era encontrar el dichoso punto rojo, y los que hayan jugado al juego me entenderán.
Concluyendo, una muy buena aventura gráfica inspirada en los escritos de Lovecraft, que consigue enganchar desde el principio hasta el final. Y si has leído En las montañas de la locura (o incluso si has visto las pelis El enigma de otro mundo o La cosa de John Carpenter), la historia de esta expedición a la Antártida y su trágico final te sonarán de algo…
NECRONOMICON: EL ALBA DE LAS TINIEBLAS
Posiblemente este sea el juego basado en la obra de Lovecraft menos conocido de todos los tratados en este artículo, y supongo que ello es debido a que fue lanzado en una fecha (año 2000) en la que las aventuras gráficas andaban ya de capa caída, sin saber encontrar un camino claro entre la estética tradicional y las tecnologías más actuales.
En este juego se optó por un camino intermedio; usaba una vista en primera persona para los entornos que visitábamos, pero no existía ni un solo polígono en todo su diseño. Para entendernos, en vez de realizar los escenarios en 3D, los programadores de Microids decidieron usar fondos planos sobre los que se podía girar 360 grados y mirar en todas direcciones, dando cierta sensación de profundidad pero sin llegar a convencer del todo. Y cada vez que avanzábamos, se colocaba delante nuestro una nueva imagen estática como escenario. Además, dichas imágenes tampoco es que tuviesen una gran resolución, con lo que el aspecto general era bastante tosco y pixelado, más aún si nos acercábamos a los objetos o los mirábamos en cierto ángulo. Para rematar el conjunto, tanto las escenas cinemáticas que desgranaban la historia como los primeros planos de los personajes eran paupérrimos y muy sosos, con lo que los aspectos técnicos del juego dejaban bastante que desear. Solo destacaba el excelente doblaje al español de todos los diálogos, al menos en la versión PC.
En cuanto al argumento en sí, la influencia de Lovecraft está por todas partes; la acción se desarrolla en los años 20 en las cercanías de Providence, encarnamos a un joven arqueólogo que desconoce todo lo que se le viene encima, hay objetos arcanos y maldiciones, personajes siniestros… y por si fuera poco, un joven amigo nuestro se ha vuelto loco y tendremos que ayudarle. Incluso en la portada de la caja pone ‘inspirado en la obra de H.P. Lovecraft’, lo que demuestra claramente sus intenciones, aunque titulándose Necronomicon, poca falta le hacía. No obstante, su principal fuente de ideas es la novela El caso de Charles Dexter Ward (de hecho, el amigo enloquecido que nos visita nada más comenzar la aventura se llama así). Vamos, que parece que el objetivo principal del juego es hacerse una compra obligada para los seguidores del escritor. Y para estos no es una mala adquisición, aunque el resto de mortales solo verá una aventura gráfica más del montón, sin nada que la haga destacar especialmente.
Resumiendo; si os gustan las aventuras gráficas, las hay mucho mejores, y si os gusta la obra de Lovecraft, mejor leed cualquiera de sus libros.
CALL OF CTHULHU: DARK CORNERS OF THE EARTH
Para el final dejo al que considero el mejor juego basado en la obra de H.P. Lovecraft lanzado hasta la fecha (en dura pugna con el primer Alone in the dark, por supuesto). Realizado en 2005 por Headfirst Productions (anteriormente conocidos como Adventure Soft, los creadores de la genial y entrañable saga Simon the socerer), este título es en realidad una aventura gráfica metida en el cuerpo de un ‘shooter’ en primera persona. Precisamente por esto, no fue muy bien recibido en su momento por el gran público, ya que parecía por las capturas del juego que estábamos ante un título de acción y disparos a mansalva tipo Half-life o Unreal, cuando en realidad la aventura y la investigación eran lo fundamental en Dark corners of the earth, quedando la acción como algo secundario y casi siempre a intentar evitar.
La historia es una de las más intrigantes y absorbentes que se pueden disfrutar en un videojuego; encarnamos a un joven detective privado de principios del siglo XX, que tras investigar los aberrantes sucesos ocurridos en una mansión ocupada por una extraña secta, se vuelve completamente loco y sufre un ataque de amnesia, pasando los años siguientes entre el psiquiátrico de Arkham y otros lugares que ni recordamos. Tras estos sucesos -que viviremos en primera persona en una especie de aterradora introducción jugable-, el juego propiamente dicho comenzará cuando nuestros servicios vuelvan a ser requeridos para investigar una extraña desaparición en el tranquilo y solitario pueblo costero de Innsmouth. Tras este prometedor inicio, nos encontraremos deambulando por sus oscuras calles intentando averiguar todo lo que podamos, mientras intentamos sobrevivir al ataque de criaturas de pesadilla con las escasas armas existentes. Pero sin duda, lo más original de esta aventura es que tendremos que evitar volvernos completamente locos ante los espantos que presenciamos, ya que de no vigilar adecuadamente nuestros niveles de cordura, veremos con estupor como nuestro personaje se suicida de forma irremediable.
Y esto es solo el principio, aunque no desvelaré más por si alguien se anima a dar una oportunidad a este estupendo juego. Solo decir que, si os gusta la obra de Lovecraft, esto es lo más parecido a meterse en uno de sus libros y ser el centro de la historia. Sentiremos la misma angustia e indefensión que los protagonistas de sus relatos, y poco a poco iremos revelando un oscuro y ancestral secreto que pondrá a prueba todo lo que damos por sentado, amenazando a nuestro pequeño e insignificante mundo humano…
Si por el contrario no sois fans de Lovecraft, es posible que los gráficos un tanto ‘cuadradotes’ y la falta de acción os echen para atrás, pero este juego no pretende ofrecer tiroteos intensos y precisos al estilo Far cry o Call of duty, sino que es una aventura que lleva el término ‘survival horror’ a su extremo, a la vez que narra una historia intensa y genial. Dadle una oportunidad y tened un poco de paciencia en los primeros compases del juego; la recompensa merecerá la pena, ya que este título está al nivel de los primeros Resident evil y Silent Hill. Y eso son palabras mayores.
El único e inexplicable punto negativo es que este juego fue puesto en venta -al menos en su versión PC- sin traducir a nuestro idioma, con lo que era prácticamente imposible enterarse de nada si uno no era buen conocedor de la lengua de Sheakespeare. Afortunadamente, grupos de seguidores se curraron traducciones estupendas de todos los diálogos, las cuales se pueden descargar e instalar en el juego con suma facilidad -desde aquí recomiendo la página clandlan.net, en la que encontraréis la traducción de este título y de otros muchos-.
Para terminar ya, solo mencionar de pasada otros títulos en los que la influencia de H.P. Lovecraft se ha dejado sentir de manera más o menos clara:
- Dark seed y su continuación, dos aventuras gráficas con diseños de H.R. Giger, fan incondicional de Lovecraft.
- El primer Quake, en donde tenemos como enemigo final ni más ni menos que a Shub Niggurath, dios de la fertilidad en la cosmología del autor.
- Eternal darkness, maravillosa aventura de GameCube con muchas referencias a sus relatos -incluso si perdemos la cordura, comenzarán a suceder cosas extrañas-.
- Clive Barker´s Undying y Jericho, dos juegos de acción basados en la obra de Clive Barker, uno de los escritores actuales -junto a Stephen King- que más reconoce la influencia de Lovecraft en sus creaciones.
- Amnesia y la saga Penumbra, unas estupendas -y aterradoras- aventuras gráficas que usan muchos de los elementos de sus libros (además el protagonista se llama Phillip, y su padre Howard, un claro homenaje a los nombres del escritor).
- Incluso Guitar hero: Metallica contiene una clarísima alusión al genio de Providence y a su mitología de terrores cósmicos, ya que en el escenario final aparece una criatura con tentáculos que recuerda poderosamente a un tal Cthulhu…
Concluyo ya, con la esperanza de que los lectores que hayan aguantado hasta el final del artículo no estén deseando sacrificarme a la Gran Raza de Yith por torturarles con este montón de palabras. Solo pretendía hacer un pequeño homenaje al inigualable H.P. Lovecraft por los buenos momentos que me ha proporcionado la lectura de sus libros -y jugar a los anteriores juegos inspirados en ellos, claro-. Y si alguien no lo conocía, espero que haya servido para animarle a leer alguno de sus fantásticos relatos, aunque recordad:
Ph´nglui mglw´nafh Cthulhu R´lyeh wgah´nagl fhtagn!
O, lo que es lo mismo:
¡Por Cthulhu, hay oscuros misterios que es mejor no desvelar!
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